24.8.04

La represión en el siglo XXI

Un compañero de trabajo me ha prestado el libro "La Otra Juvenilia - Militancia y represión en el Colegio Nacional de Buenos Aires 1971 - 1986", de Editorial Biblos, escrito por Santiago Garaño y Werner Pertot. He encontrado con horror que los sistemas represivos que se utilizaban durante la dictadura dentro de esa institución son muy parecidos a los que nosotros estamos obligados a observar dentro del comercial.
Veamos fragmentos del "Esquema normativo para preceptores" vigente en esos años de genocidio dentro del Nacional Buenos Aires. Hay que agradecer que nuestra rectora no tenga una copia en su poder (¿o sí la tiene?).
"El preceptor evitará toda tendencia a ganarse la simpatía del alumnado o poseer favoritismos. No tuteará a los alumnos ni se dejará tutear por ellos. Los conducirá con correcta exigencia, con firmeza y respetuosidad".
"El arquetipo de preceptor tiene que formarse en el espíritu del alumno con un pequeño componente de afecto, uno enorme de respeto y otro importante de razonado temor".
"Desde el momento en que los alumnos trasponen la puerta del colegio el silencio deberá ser absoluto, encargándose los preceptores del mantenimiento y restablecimiento del mismo si fuera necesario".
"Los alumnos permanecerán de pie y en silencio al lado de sus bancos hasta que el preceptor los salude".
En 1984 asume como rector Horacio Sanguinetti, y en su discurso inaugural se refiere a este tema:
"El régimen disciplinario tenderá a hacer compatible la libertad con el orden. No es cierto que ambos términos se opongan. El rector está consciente de que, como se dijo en 1918: la autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando".
Este es un país muy extraño. Aún los parientes y amigos de los genocidas ocupan cargos de poder, y muchos se ocupan de la educación de nuestros hijos.

18.8.04

Puertas cerradas

Miércoles 18 de Agosto de 2004, 7:30 AM
Todo el alumnado y el cuerpo docente se encuentran en la vereda. Llovizna y hace frío. Las puertas del colegio están cerradas. La portera no ha venido, y nadie tiene la llave. Hay que esperar a la directora. Los chicos, bastante pacientes, se lo toman con humor, como una grata sorpresa para matizar la rutina de todos los días.
Media hora tarde, llega la directora. Pero tampoco tiene la llave. Su argumento: "Me pueden robar la cartera en la calle". Las opciones son: que alguien vaya a la casa de la portera, o de la vicedirectora. Nadie sabe dónde vive la portera. Una docente va en el auto de su marido a la casa de la vicedirectora. Mientras, todos seguimos esperando.
Algunos alumnos quieren irse y empiezan a hacer proselitismo para no ser los únicos. Un padre llega y le grita a la directora su ineptitud e incompetencia. El padre es aplaudido por los alumnos que lo escuchan. Un grupo de docentes se aparta para ir a tomar un café al bar de la esquina, y volver cuando las cosas se hayan solucionado. El padre se lleva a sus dos hijas con la promesa de que no les pondrán el ausente.
Llega la profesora con la llave. Son casi las 8:30 AM. Los chicos no quieren entrar, se arman conatos de resistencia. Algunos entran y trasladan la resistencia adentro de la institución. La directora monta en cólera y grita a los alumnos y a los preceptores. Hay una reunión de alumnos delegados, que decide presentar una nota firmada por todos los alumnos, manifestando la disconformidad con lo sucedido.
Las cosas se calman cerca del mediodía. Y la carta del Anses que nunca llega.

17.8.04

Música marcial en los actos escolares

Nuestra bienamada rectora ha censurado una obra musical que fue repartida a todos los colegios de la Ciudad de Buenos Aires por la Secretaría de Educación. Se trata de un CD con todas las canciones patrias, pero remozadas e interpretadas por grandes artistas nacionales, como Víctor Heredia, Jairo, Alejandro Lerner, etc. Hasta hace muy poco, cualquiera podía acceder a esas canciones en la página del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sección Educación.
Pero ella dice que estas canciones no respetan ni a los próceres ni a los símbolos patrios, ya que no son marciales como lo que ella escucha en los cuarteles que frecuenta. Censura con total desparpajo, y nadie puede hacer nada.
Se compró un CD de marchas grabado por el Círculo Militar, y esta es la única música aceptada en nuestros actos escolares. Y la jubilación no llega nunca.