7.7.04

Intereses de una rectora

Nuestro comercial vive todas las vicisitudes de una institución pública que recibe alumnos provenentes de familias arrasadas por la desocupación y la injusticia social. Viven en casas menos que precarias, y muchos se mantienen gracias a planes sociales y mediante actividades delincuenciales. Estas prácticas violentas, las que sufren cotidianamente y las que han aprendido para sobrevivir, las traen al colegio todos los días.
La rectora, una mujer realmente indescriptible, llamó a una reunión a los alumnos delegados, a los preceptores y a las porteras. Tema: "no puede ser que lo que se limpie al otro día está sucio, hay que cuidar al colegio".
Usted creerá que estoy jodiendo. Le aseguro que no. Tal vez ni la jubilación nos salve.

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