11.4.05

Se va la primera

Aún a cargo de la dirección del colegio, la rectora ordenó el viernes que todo alumno que tenga hora libre debe ir a la Sala de Video a observar las exequias del Papa. "Se trata de un acontecimiento de renombre mundial", se justifica. Me gustaría que siguiera en el cargo hasta la muerte de Fidel Castro, a ver si obligará a los niños a ver las exequias del gobernante cubano. Por suerte, ya ninguno de los integrantes del staff docente presta atención a sus delirios. Todos soñamos con verla en la calle, molestando a familiares y vecinos, y ya no a nosotros.
Hoy vivimos la alegría de ver cómo la primera jubilable se retirara entre lágrimas. Se trata de una mujer de casi 70 años, profesora de Matemática, uno de los horrores pedagógicos que nos quedaron de tantas jubilaciones masivas. Tal vez ahora tantos niños puedan aprender un poco de Matemática.
Nuestra rectora, quien no sabemos si está jubilada o no (sospechamos que intentará cobrar ambas remuneraciones juntas todo el tiempo que pueda), le ha manifestado a un docente que su abogado le ha prometido que cobrará como jubilación el 100% de su sueldo de la etapa activa. O le entendió mal a su abogado, algo muy factible dado el tamaño del cerebro de nuestra rectora, o simplemente su abogado es un vivillo que ha decidido aprovecharse de esta señora, robándole a mansalva.

7.4.05

Fanatismo papal

Juan Pablo II falleció el 2 de abril. El colegio se llenó de carteles recordatorios en las pizarras, minutos de silencio y banderas a media asta. ¿Somos un colegio católico? No, el comercial depende de la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, es decir, somos lo que se llama la escuela pública. Tengo entendido que es laica, pero no estoy seguro.
Ayer, nuestra afamada rectora, quien ya está jubilada, pero, en desacuerdo con el monto que cobrará, sigue molestando en su cargo, echó a una alumna del curso. Amén del acto autoritario y anacrónico, aunque en plena vigencia en nuestras aulas, la alumna manifestó, con total inocencia:
- La vieja estaba hablando del papa, y yo le dije que no me importaba, porque era un viejo lleno de oro.
Triste, triste, triste. La rectora ya tiene 67 años. La escuela sigue en picada.